Also sprach el señor Núñez

Probablemente los textos que mejor recordemos son aquellos que nos impresionaron vivamente la primera vez que los leímos. Para mí, esta frase es cierta con respecto al cuento de Abelardo Castillo Also sprach el señor Núnez, la historia de un oficinista cansado de su mediocridad, que cierto día llega a su lugar de trabajo con una bomba en el maletín.

Aprovechando que este 27 de marzo se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento de su autor, trancribo parte de uno de los monólogos del protagonista:

Sí, sí, a vos te digo. Vos todavía estás a tiempo; tirate el lance de ser un hombre. Escuchá. El empleado de oficina no es un hombre. Es cualquier cosa, una imitación adulterada, un plagio, una sombra. Todos estos que ves acá son sombras. Fijate qué caras de nada tienen. Y no es que siempre hayan sido así. Se volvieron idiotas de tanto cumplir un horario, de atender el teléfono, de sacar cuentas millonarias mientras tenían un peso en el bolsillo. Vos no te imaginas cómo embestía calcular por miles cuando estás haciendo magia negra para llegar a fin de mes sin pedir un adelanto. Oí: estos sujetos tienen grafito en el cerebro, los metes de cabeza en la maquinita sacapuntas y Faber va a la quiebra, son lápices disfrazados de gente. Zombies que hacen trabajar sus reflejos a razón de noventa palabras por minuto. Autómatas que piensan con las falangetas. Pero vos todavía estás a tiempo…

Palabras coherentes con la personalidad de un hombre que apenas llegado a su oficina dice:

¡¡Buen día, miserables!!

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