Lamentablemente el mundo todavía tiene la cotidiana tarea de alzar la voz ante las dictaduras. Menciono lo anterior porque todavía existen dictaduras a derribar.
En esta obligación moral, la Literatura frecuentemente ha sabido dar respuesta para visibilizar situaciones injustas. ¿Qué clase de Poesía es esa que no salva a las naciones y a los pueblos? dijo alguna vez Czeslaw Milosz en una entrevista. Y es que el arte tiene un deber que va más allá de la mera creación.
Éste es un humilde blog que sólo pretende funcionar como vínculo de ciertas necesidades literarias propias de su autor. Lo que aquí se publica difícilmente llegue al conocimiento del público en general. Sin embargo, es prioritario que cada uno de los invisibilizados obreros de las palabras tomemos partido por una realidad más justa.
Decidí publicar este artículo en estos días ya que la noticia sobre la acusación del nicaragüense Sergio Ramírez ha dejado de ser novedosa, y creo que sigue siendo preciso que el tema no se olvide.
La Fiscalía de Nicaragua -órgano servil de la dictadura del presidente Daniel Ortega- acusó semanas atrás a Ramírez de lavado de dinero, bienes y activos, menoscabo de la integridad nacional, y provocación, proposición y conspiración. Recordemos que Ramírez es ex vicepresidente de la Nación y un notable narrador, que ha merecido el premio Alfaguara en 1998, el iberoamericano de Letras José Donoso en 2011, y el Cervantes en 2017.
La acusación contra Ramírez surge casi tres meses después de que la fiscalía lo citara para entrevistarlo sobre el supuesto caso de «lavado de dinero» de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, una ONG que brindaba apoyo técnico al periodismo y que estaba dirigida por Cristiana Chamorro, precandidata presidencial que hoy está arrestada.
Manifestar la solidaridad con Sergio Ramírez, pero también con los demás perseguidos en Nicaragua, especialmente cuando varios gobiernos, entre ellos el argentino, han preferido la vía del silencio ante semejantes violaciones a derechos humanos surge como una prerrogativa para solicitar por los derechos individuales de tantos nicaragüenses.
Ramírez dijo pocos días atrás: “En este momento, hay siete candidatos presidenciales presos, hay dirigentes políticos detenidos en las mazmorras del régimen, hay antiguos combatientes contra la dictadura de Somoza presos… Mi obra literaria muestra ese compromiso con los asuntos públicos. Soy de los escritores que no se callan. Como Voltaire, que inventó el término intelectual para referirse al escritor que se ocupa de la vida pública. Eso hemos heredado en América Latina: el intelectual comprometido”.