La de Arthur Conan Doyle no fue una carrera literaria que empezara precisamente con buen pie. El manuscrito de su primera novela se perdió en el correo y su segundo libro, El misterio de Cloomber, languideció en un cajón hasta que, en 1888, lo publicó la revista Pall Mall. Para entonces, sin embargo, los lectores estaban ya muy interesados en su trabajo, porque su tercer manuscrito, publicado en 1886, había sido todo un éxito y lo consagró como uno de los grandes autores de la literatura al presentarnos por primera vez, en Estudio en escarlata, a Sherlock Holmes y al Dr. Watson.
Pero no adelantemos acontecimientos. Mientras era un joven médico en Portsmouth, en 1883, Arthur Conan Doyle escribió su primera novela, El relato de John Smith, y se lo envió a un editor. Nunca más volvería a ver ese manuscrito. Como recordó años después, «los editores nunca lo recibieron. La oficina de correos envió innumerables formularios para decir que no sabían nada al respecto y desde ese día, hasta el día de hoy, nunca se supo nada al respecto». Conan Doyle decidió emprender la tarea de reescribir ese manuscrito, pero finalmente lo abandonó. A esas alturas el autor ya estaba en otros proyectos de más proyección. De hecho, al final llegó a la conclusión de que lo mejor era que ese manuscrito no volviera a aparecer nunca, probablemente avergonzado de esa primera escritura de juventud. Sin embargo, la reescritura abandonada finalmente reapareció. El manuscrito estaba en una de las quince cajas que habían estado acumulando polvo en la esquina de una oficina de Londres, un descubrimiento que llevó a los herederos supervivientes de Conan Doyle a una disputa sobre a quién pertenecían esas cajas. Dos de ellas fueron a parar a la Biblioteca Británica, según los términos del testamento de la hija del escritor, Dame Jean Bromet. El contenido de las otras trece cajas se subastó en Christie´s en 2004, cuando los herederos de Anna Conan Doyle, la nuera de Sir Arthur, murió en 1990. La subasta causó cierta polémica y hubo campañas para tratar de detener la venta, con el argumento de que esparciría por manos privadas una colección de materiales que tal vez nunca verían la luz.
La Biblioteca Británica, sin embargo, consiguió hacerse con el lote 11, que contenía el manuscrito incompleto reescrito por Conan Doyle, El relato de John Smith. En el 2011 lo publicaron, unos 130 años después de que hubiera sido escrita. La mala noticia es que la preocupación de Conan Doyle estaba fundada y la novela no es muy buena. Básicamente, trata sobre un tipo llamado John Smith, que tiene 50 años y que está confinado en su dormitorio después de un ataque de gota. Tiene conversaciones con los que le visitan, tratando temas que van desde la guerra hasta la religión. Poco más. Lo interesante del libro, por supuesto, es que arroja luz sobre los comienzos y sobre el desarrollo literario de uno de los autores más leídos del mundo.
Pero aunque la reescritura de la novela apareció, al manuscrito original todavía continúa perdido, quién sabe si en algún estante oscuro y polvoriento en una oficina de clasificación de correos en Southsea, donde vivía el joven Conan Doyle cuando escribió la obra, esperando a ser descubierto.