Carpe diem

Cuando allá por el año 1989 salió la película “La sociedad de los poetas muertos” de Peter Weir la ya famosa locución latina Carpe Diem se hizo un poco más famosa.

Es una de las máximas más conocidas, y frecuentemente está en boca de muchos. Pero si bien se suele saber qué significa ese aforismo o quién es su autor, no todos conocen el poema que le da origen.

Y es que el poeta latino Horacio, algunos años antes de nuestra era, en la Oda número 11 de su primer libro, dedicada a Leucónoe, escribió:



No pretendas saber, pues no está permitido,
el fin que a ti y a mi, Leucónoe,
nos tienen asignados los dioses,
ni consultes los números babilónicos.
Mejor será aceptar lo que venga,
ya sean muchos los inviernos que Júpiter
te conceda, o sea éste el último,
el que ahora hace que el mar Tirreno
rompa contra los opuestos escollos.
Sé prudente, filtra el vino
y adapta al breve espacio de tu vida
una esperanza larga.
Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.
Vive el día de hoy. Captúralo.
No te fíes del incierto mañana.

Texto en latín:

Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros. Vt melius, quidquid erit, pati!
seu pluris hiemes, seu tribuit Iuppiter ultimam,

quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum: sapias, uina liques et spatio breui
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit inuida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.

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