El parnasianismo

El primer sinónimo que seguramente se nos viene a la mente cuando oímos la palabra parnaso es paraíso. Sin embargo, el significado correcto refiere al conjunto de poetas de un tiempo o lugar determinado.

En la mitología griega Parnaso fue hijo de Poseidón y de la ninfa Cleodora, y antiguamente fue el monte de Grecia hoy llamado Liakura, situado en la región de la Fócida. Estaba consagrado a Apolo y a las musas, y a su pie se hallaba el famoso oráculo de Delfos.

De allí el origen del nombre del parnasianismo, movimiento poético francés de la segunda mitad del siglo 19, caracterizado por la importancia que se le concedía a la perfección formal de la obra literaria frente al sentimentalismo romántico de años anteriores.

Sus iniciadores fueron Charles Leconte de Lisle y Théophile Gautier, y tal vez su máximo exponente fue Charles Beaudelaire, aunque otros renombrados poetas pertenecieron a dicho movimiento, como Catulle Mendes, Theodore de Banville o Louis Ménard.

El movimiento se caracterizó por ser, asimismo, propio de la poesía, relegando a otros géneros literarios, estar basado en la racionalidad fría, que rechaza la expresión de los sentimientos, y ser un arte considerado bello y perfecto, sin necesidad de resultar útil desde la moral, la ideología o la educación.

El parnasianismo resultó importante por su influencia en los movimientos posteriores, como el modernismo, que también se manifestó a través de la poesía, y se caracterizó por un enfoque narcisista y aristocrático, con una renovación estética del lenguaje.

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