El síndrome de Stendhal

Por Marta Guerri.

Uno de los trastornos psicológicos más inusuales que existen es el llamado Síndrome de Stendhal, también conocido como Síndrome de Florencia o hyperkulturemia. El desencadenante de esta enfermedad es la exposición a grandes cantidades de hermosas y bellas obras de arte, que se encuentran concentradas en un único lugar (por ejemplo, una galería de arte o la propia ciudad de Florencia en Italia, de ahí su nombre).

Cuando se expone a las obras concentradas de arte, los afectados experimentan una amplia gama de síntomas que incluyen la ansiedad física y emocional (ritmo cardíaco rápido e intenso, mareo que a menudo se traduce en ataques de pánico y/o desmayos), sentimientos de confusión y desorientación, náuseas, episodios disociativos, amnesia temporal, la paranoia, y – en casos extremos – alucinaciones y ‘locura’ temporal. El síndrome también se ha aplicado a otras situaciones en las que las personas se sienten totalmente abrumadas cuando están en presencia de lo que ellos perciben como “inmensa belleza” (puede ser algo del mundo natural como una hermosa puesta de sol). Los efectos son relativamente de corta duración y no parecen requerir intervención médica.

Este síndrome fue nombrado por primera vez después de que el autor francés del siglo XIX Henri-Marie Beyle (1783-1842), más conocido por su seudónimo “Stendhal” a la edad de 34 años (en 1817) describió en detalle sus experiencias negativas (en su libro Nápoles y Florencia: Un viaje de Milán a Reggio) tras ver el arte florentino del Renacimiento italiano. Cuando Stendhal visitó la catedral de Santa Croce en Florencia, fue testigo de primera de los famosos frescos del techo de Giotto. Lo que vio le impactó de tal forma a nivel emocional que escribió: «Estaba en una especie de éxtasis, de la idea de estar en Florencia, cerca de los grandes hombres cuyas tumbas que había visto. Absorto en la contemplación de la belleza sublime… llegué al punto en el que uno se encuentra con sensaciones celestiales… todo habló tan vívidamente a mi alma. Ah, si pudiera olvidar. Tenía palpitaciones del corazón, lo que en Berlín ellos llaman «nervios». La vida fue drenada de mí. Caminé con el miedo a caer».

Tras los escritos de Stendhal, ha habido cientos de casos de personas que experimentan efectos similares, en particular en la famosa Galería de los Uffizi en Florencia, y con frecuencia se han referido como la «enfermedad de Turismo” o «la enfermedad de Arte”. Sin embargo, no fue hasta 1979 que la condición se le dio el nombre de síndrome de Stendhal por la psiquiatra italiana Graziella Magherini, quien en ese momento era la jefa de psiquiatría en el Hospital de Florencia Santa Maria Nuova. Ella comenzó a observar que muchos turistas que visitaban Florencia parecían verse superados con una serie de síntomas que incluían ataques de pánico temporales y “locura” aparente que duraba dos o tres días.

Sobre la base de su recuerdo de la lectura de la cuenta de Stendhal, nombró a este trastorno temporal síndrome de Stendhal.

Muchos profesionales no terminan de dar crédito a este síndrome y se preguntan si realmente no puede ser causado por el agotamiento del visitante, y no tanto por la belleza ante las obras. Además, indican también si no habría que poner en duda el hecho de que se asocie de manera casi innegable a Florencia, lugar donde se han descrito los casos, pues las malas lenguas hablan de que es una forma de promocionar la belleza artística de dicha ciudad.

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