La poesía es buena para la salud

Por Alejandro Gamero.

«La poesía, como toda creación artística, es uno de los pilares de las humanidades. Al emprender los senderos de la emoción, de la sensibilidad y la imaginación, transmite conocimientos y valores humanos. Aún más: la poesía forma en cuerpo y alma al ser humano», escribió Tanella Boni para la UNESCO en un artículo titulado «El poeta en el centro de la sociedad».

Las investigaciones, en realidad, avalan este testimonio particular del poder de la poesía, demostrando cómo leerla y escribirla puede ayudar a mantener nuestra salud mental, brindando consuelo y mejorando el estado de ánimo, especialmente en tiempos de necesidad, durante períodos de estrés, trauma o dolor. Su poderosa combinación de palabras, metáforas y ritmo nos ayudan a expresarnos mejor y dan sentido al mundo y a nuestro lugar en él.

Así es: diferentes estudios han encontrado evidencias de que escribir o leer poesía puede ser terapéutico tanto para enfermos como para sus cuidadores. Un estudio de 2021 sobre niños hospitalizados ha demostrado que brindarles oportunidades para leer y escribir poesía reducía su miedo, su tristeza, su preocupación, su ira o su fatiga. Un grupo de 44 pacientes pediátricos recibió kits para escribir poesía que contenían cartulinas de colores, bolígrafos, rotuladores y una selección de poemas de ejemplos, así como indicaciones sobre cómo hacerlo. La mayoría de ellos afirmó que se sintieron más felices después de llevar a cabo la actividad. Otro estudio concluyó que las sesiones guiadas de escritura de poesía aliviaron significativamente los síntomas de depresión y trauma en adolescentes que habían sido abusados. Además, hay estudios que demuestran cómo la poesía guiada por un terapeuta ayudó a los pacientes con cáncer a mejorar la resiliencia emocional, aliviar los niveles de ansiedad y mejorar su calidad de vida.

La terapia de poesía también puede apoyar el bienestar emocional de los cuidadores, incluidos los asesores de violencia doméstica, los familiares de los pacientes con demencia y los trabajadores de atención médica de primera línea. Una encuesta publicada en 2019 encontró que la poesía puede ayudar a los trabajadores de la salud a combatir el agotamiento y aumentar la empatía por los pacientes, brindando otra herramienta basada en el arte. Y los beneficios curativos de la poesía pueden extenderse a casi cualquier persona: un estudio de estudiantes universitarios en Irán demostró que leer poesía redujo los signos de depresión, ansiedad y estrés. Usar la poesía para encontrar nuestra voz puede abrirnos nuevas formas de expresarnos que van más allá de las palabras cotidianas, abriendo caminos para sanarnos y restaurarnos, particularmente en tiempos de estrés.

Nuestros cerebros están muy sintonizados con la rima y el ritmo de la poesía. Incluso los recién nacidos responden a las rimas. En un estudio de 2019, los investigadores midieron la actividad cerebral superficial de 21 recién nacidos finlandeses que escuchaban habla, música o canciones infantiles con regularidad. Solo las rimas infantiles produjeron una respuesta cerebral significativa cuando se alteraron las rimas, lo que sugiere que los cerebros de los bebés estaban tratando de predecir la rima.

Los adultos, por supuesto, también aprecian los poemas rítmicos y con rima. Existe un estudio que demuestra que el cerebro puede detectar automáticamente armonías y patrones poéticos, incluso cuando el lector no ha leído mucha poesía antes. En particular, las estrofas con rimas y un ritmo y métrica regulares condujeron a una mayor apreciación estética y a emociones más positivas. Esto puede deberse a que, según la teoría de la fluidez cognitiva, tendemos a disfrutar de las cosas que son más fáciles de procesar mentalmente para nosotros, y tanto la rima como los patrones repetidos hacen precisamente eso.

La rima y el ritmo en la poesía también intensifican todas las respuestas emocionales, tanto la alegría como la tristeza. Y al igual que la música, la poesía puede darnos escalofríos. Una buena estrofa puede literalmente ponernos la piel de gallina. Según un estudio, la poesía recitada puede hacer que los lectores sientan emociones más intensas y sentimientos subjetivos de escalofríos. Sorprendentemente, incluso los sujetos con poca experiencia previa con la poesía se conmovieron. El 77% de ellos dijeron que experimentaron escalofríos al escuchar poemas desconocidos. La grabación de la piel de los participantes dejó pruebas objetivas de la piel de gallina durante las lecturas. Estos escalofríos, inducidos por la poesía, activan partes del lóbulo frontal del cerebro que están involucrados con la recompensa y el placer. La corteza insular, un área del cerebro asociada con la conciencia corporal, también se activó con estos pasajes, lo que puede explicar por qué la poesía puede sentirse como una experiencia de cuerpo completo.

Las palabras también importan, por supuesto. Las palabras correctas en un poema elevan la intensidad de las emociones positivas que tiene el lector. Se ha descubierto que el uso de metáforas activa el hemisferio derecho del cerebro. Por otra parte, aunque el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro nos ayude a comprender el lenguaje, este estudio ha demostrado que el hemisferio derecho puede ser de vital importancia para integrar los significados de dos conceptos aparentemente no relacionados en una metáfora comprensible. En momentos de trauma, las partes cerebrales encargadas del idioma pueden desconectarse, lo que dificulta expresarnos por completo. Al activar una parte diferente del cerebro a través de la metáfora, la poesía puede ayudarnos a encontrar nuevamente nuestra voz. Aunque aún se necesita realizar más investigación para comprender todas las formas en que la poesía afecta nuestra salud, hay algo que está muy claro: la poesía es buena para nuestra salud y para nuestra alma.

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