Monumento a Cervantes

El poético Monumento a Cervantes, obra de escultor marplatense Hidelberg Ferrino, fallecido en 1997, fue realizado en bronce e inaugurado en 1975, con motivo del centenario de la ciudad, un año después del mismo, donado por la tradicional Tienda Los Gallegos, por la gestión y generosidad de Martín Navarro y José Vicario.

Ferrino se inspiró en los relatos de su profesor de geografía de la Escuela Normal Nacional «Mariano Moreno», allá por 1939, el inolvidable e ilustrado señor Orlandini, experto en la clásica obra literaria, que solía hablar más de los libros inmortales que del tema del día, quien enseñó los simbolismos de la obra de Cervantes a sus alumnos y en los que se basó el futuro escultor para hacer su monumento.

Rocinante simboliza a la humanidad agobiada, de allí la curva frágil, anciana e inestable de su figura. El Quijote es la espiritualidad, por eso apunta a las estrellas y es totalmente magro en carnes. Sancho representa a la materialidad y le cede paso a su señor con la bacinilla de barbero en la mano, improvisado yelmo. Ambos no pueden vivir separados pero la materialidad le da el lugar de privilegio a la espiritualidad. El brazo desnudo del Quijote es el exacto brazo de la tía María, hermana de la madre del escultor, quien posó a sus 80 años de edad para tal fin. La figura está parada sobre sus estribos formando un triángulo que, al decir de Ferrino, es la figura geométrica más fuerte que existe, además de sagrada. Las dos agujas altísimas simbolizan América y España y los cinco escalones tienen que ver con los cinco continentes. La tierra manchega está representada en el color amarronado de los cantos rodados, y los canteros tienen plantas europeas y americanas.

«Ideal permanente en la lucha por un mundo mejor» es la frase del profesor Orlandini, enamorado de la obra inmortal, que marcó un hito en el sueño de Ferrino de hacer un monumento tan poético y que sirviera también, entre muchos homenajes, como un homenaje a su inspirador en el colegio secundario.

Cervantes mira desde el fondo el avance de su obra que lo antecede, porque es una confirmación más del hecho de que la obra es más conocida que el autor. La mano derecha del guerrero de Lepanto comprime suavemente el libro sobre sí y es el retrato exacto de la mano de uno de los más grandes historiadores marplatenses, nuestro querido poeta éuskara don Félix de Ayesa.

Translate »