Monólogo descollante de la obra de Edmond Rostand “Cyrano de Bergerac” es su famoso “No, gracias”.
La obra de teatro es un homenaje de un escritor a otro, atravesando un puente temporal de más de dos siglos, y fue replicada con distinta suerte en películas, óperas y canciones.
Hercule-Savignien de Cyrano, señor de Bergerac, tal su verdadero nombre, fue un irreverente y licencioso parisino -no gascón, como suele creerse- que, después de dejar la carrera de las armas, se dedicó a la Literatura, escribiendo tanto tragedias como novelas y algunas cartas.
Murió joven, pero dejó una breve aunque interesante obra, siempre crítica de las instituciones seculares y religiosas.
El monólogo de Rostand lo retrata a la perfección, y aquí dejo una magnífica interpretación del mismo, a cargo de don Garfialo.