Ya el otoño frunce su tul de hojarasca sobre el suelo, y en vuelo repentino, la noche atropella la luz
Todo es crepúsculo, señoreando en mi corazón. Hoy no queda en el cielo ni un remanso de azul.
Qué pena de día sin sol. Qué melancolía de luna tan pálida y sola, ay qué frío y ay qué dolor.
¿Dónde quedó el calor del tiempo pasado, la fuerza y la juventud que aún siento latir?
Se fue quizás con los días cálidos, de los momentos que a tu lado viví. Y así esperando tu regreso, otro otoño triste ha llegado sin ti.
Miguel Hernández