Irrumpir en el mundo de la literatura como un autor en ciernes jamás ha sido fácil y no son pocos los autores famosos que autopublicaron, muchos luego de sortear un camino lleno de rechazos editoriales. Después de años escribiendo, las negativas de publicación hacen sentir a muchos que sus años de escritura han sido un desperdicio. Sin embargo, siempre existe el camino de la autopublicación.
A la edición independiente le acusa de producir literatura de baja calidad pero, progresivamente está mostrando que esto no es del todo cierto. Decir que el circuito editorial solo produce obras de calidad sería una falacia en toda regla. Al igual que en la edición tradicional, la autoedición ofrece espacio para publicar escritura de cualquier calibre.
Que un escritor tozudo (y decidido) tome la vía libre no es ninguna novedad. En este breve conteo de escritores que se autopublicaron, notarán que apostar por tu propia es una alternativa que algunos valientes tomaron hace más de un siglo.
1. Beatrix Potter, Peter Rabbit
Esta popular y entrañable serie literaria tuvo un comienzo áspero. Después de innumerables rechazos de varias editoriales, Potter tomó el control de su obra y comenzó a autopublicarse. En 1902 ordenó 250 copias de su libro y en ese mismo año logró vender más de 20.000. Irónicamente, después la publicó en F. Warne & Co , una editorial que previamente rechazó su trabajo. Se estima que Peter Rabbit ha vendido 151 millones de copias en 35 idiomas.
2. Michael J. Sullivan, Riyria Revelation
Después de trece novelas y más de cien rechazos de numerosas editoriales, Sullivan decidió optar por el mundo de la autoedición. Las ventas de su serie Riyria Revelation rápidamente llamaron la atención de los principales editores, de quienes recibió luego numerosas ofertas.
3. E. L. James, Cincuenta sombras de Grey
Esta es una de las historias de autopublicación más famosas. La trilogía en sus primeras etapas se llamaba El Maestro del Universo y James la publicó en un sitio web de fanfics de Crepúsculo bajo el seudónimo Snowqueen’s Icedragon. Cuando el relato superó las 37,000 reseñas, James mostró su trabajo a un editor. El libro se convirtió en un frenesí y pronto recibió solicitudes de Hollywood para convertirlo en una película. Un punto interesante de esta historia de éxito es que al inicio James ofrecía su trabajo de forma gratuita, una estrategia de marketing que muchos autores desdeñan. Recuerda: los seguidores también pueden convertirse en compradores.
4. Elena Favilli y Francesca Cavallo, Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes
Lo que inició como un intento de ofrecer más libros infantiles con protagonistas femeninas transnmutó en un tsunami literario y este excelente libro ilustrado se convirtió en el libro infantil con mayor financiamiento en la historia de Kickstarter —recaudó $675.000 USD, su objetivo inicial eran $40. 000 USD—. Ha sido traducido a más de 47 idiomas y su segunda parte logró el record del libro más rápidamente financiado en la historia de la plataforma de crowdfunding.
5. Carl-Johan Forssén Ehrlin, El conejito que quiere dormirse
Johan Forsseén, científico del comportamiento, incorporó a este cuento para dormir algunas técnicas de refuerzo positivo en un intento desesperado por lograr que su hijo se fuera a la cama a buena hora. Así fue como esta historia se convirtió en el primer libro autoeditado en encabezar las listas de Amazon en el Reino Unido y Estados Unidos. El libro fue inmediatamente adquirido por los departamentos infantiles Penguin Random House en EEUU y Reino Unido.
6. Lisa Geova y Siempre Alice
Poco después de que Lisa Geova autopublicara esta novela, la editorial Simon & Schuster decidió reeditarla. En consecuencia, el libro fue traducido a veinte idiomas, obteniendo una posición establecida en la lista de los más vendidos del New York Times. Después se transformó en una película ganadora del Premio de la Academia protagonizada por Julianne Moore.
7. Jorge Luis Borges, Fervor de Buenos Aires
Este título es tal vez el más sorprendente de la lista. El primer libro publicado —un poemario— de este titán literario, que en 1923 tenía 24 años, se publicó con una tirada estimada en 300 ejemplares que pagó él mismo con ayuda de su padre. En la cubierta figuraba una ilustración de Norah Borges, seudónimo de Leonor Fanny Borges Acevedo, artista plástica y hermana de escritor. Carecía de pie de imprenta, hoja de créditos y las páginas no llevaban numeración. Sobra decir, pero igual nos gusta decirlo, actualmente es considerado uno de los pilares de la literatura hispanoamericana y pesos pesados de su país.